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Rusia es posiblemente el país más controvertido y el de más sombría fama de todo el grupo BRIC. Tras la caída de la Unión Soviética en 1991 fue instaurado el capitalismo descontrolado, sin orden ni regulación públicas. La estructura de la economía rusa era completamente distinta a las exigencias del mercado, respondía a las características de una economía planificada. Los altos directivos de las empresas, aprovechando el desconcierto, se apoderaron de ellas y respaldados por mafias se convirtieron en nuevos capitalistas. Durante años, y en todos los sectores estuvo presente el caos, el fraude, la violencia y la única intención de robar lo que se pudiera y sacarlo al extranjero. Hacer un negocio serio en Rusia era muy difícil no estando doblegado a las exigencias impuestas, y el país sufría de una gran inestabilidad, corrupción y luchas entre las mafias enfrentadas.

Hoy, la situación parece haber cambiado y Rusia es uno de los focos de mayor crecimiento e inversión. Bajo el gobierno de Putin, en el poder desde el año 2000, el caos en Rusia se ha tornado poco a poco en mayor orden. El período de capitalismo salvaje y de anarquía económica parece estar dando paso a una mayor estabilidad.

En 1998 Rusia se declaró en quiebra. El país sufría de una muy mala gestión bajo el gobierno de Yeltsin. El capitalismo salvaje campaba sin control. La guerra en Chechenia era un lastre económico y social. Y los problemas monetarios y la crisis en Asia contagiaron la a la maltrecha economía rusa. Se paralizaron buena parte de los sectores productivos, la mayoría de los bancos cayeron en suspensión de pagos y el dinero perdió gran parte de su valor dada una altísima inflación. A mediados de año, el FMI tuvo que conceder un préstamo de urgencia de 22,5 billones de dólares. La devaluación del rublo, la caída de los precios de las materias primas, principal fuente de riqueza, y la fuga de capitales dibujaban un oscuro futuro para la economía rusa. Sin embargo, el país se recuperó rápidamente de la quiebra y redujo la deuda pública gracias a la aumento de los precios de las materias primas.

En 2009 la crisis internacional golpeó de nuevo fuertemente la economía rusa con una caída cercana al 8%. Nuevamente la causa fue que los precios de las commodities o materias primas cayeron a niveles muy bajos. Por ejemplo el barril de petróleo registró precios alrededor de 35 dólares a finales de 2008 a pesar de que costaba casi 150 durante el verano de ese mismo año. Este cambio rápido tuvo un impacto en la economía rusa, que es el productor más grande de petróleo. Un país cuya producción está tan ligada a los recursos naturales obviamente sufrió en gran medida y su economía registró un derrumbe importante. Entonces, muchos ciudadanos se alarmaron temiendo un colapso como el producido en 1998.

Sin embargo, Rusia parece haber aprendido bien la lección y ha comprendido que mantener la estabilidad presupuestaria y gastar arreglo a tus posibilidades es la mejor forma de evitar un retorno al pasado. Desde el año 2000, se ha evitado el déficit fiscal y hoy el indicador de la deuda pública rusa se sitúa alrededor del 11%, uno de los más bajos del mundo. Es por ello que, visto lo ocurrido a finales de los 90, Rusia deposita parte de las beneficios extraordinarios procedentes de la exportación de materias primas en un fondo especial, y esta reserva es la que le ha permitido soportar la crisis y recuperarse rápidamente de la caída sufrida en 2009 más fácilmente que a otros, a pesar del descenso significativo de los precios mundiales de los recursos energéticos.

Rusia es un país enormemente dependiente de estos recursos naturales y como consecuencia, de los altibajos de los precios de las materias primas, que influyen en gran medida en su economía. El petróleo y el gas aportan al Estado más del 50% de los ingresos. Este hecho supone que, por un lado, las cuentas públicas sean  muy sensibles a las fluctuaciones de los precios de las materias primas, pero al mismo tiempo permite soportar con mayor fortaleza épocas de recesión y decrecimiento en la economía mundial. Para evitar esta dependencia, Rusia trata de desarrollar también otras áreas económicas y otras industrias que posibiliten el flujo de dinero de las riquezas naturales. Los altos precios del petróleo han impulsado el crecimiento de Rusia en 2011 y 2012, permitiendo reducir el déficit presupuestario, disminuir el desempleo a un mínimo histórico y la inflación por debajo del 10%.

Otro sector importante es la agricultura, si bien a pesar de su gran superficie, Rusia dispone de pocos terrenos utilizables para cultivos, debido a las desfavorables condiciones climáticas. Aun así, cuenta con el 10% de las tierras agrícolas a nivel mundial. Las regiones del norte del país concentran la producción ganadera, mientras que en Siberia se producen cereales, principal producción agrícola, junto con la producción de remolacha azucarera, girasol, verduras y frutas.

La Industria representa algo más de una tercera parte del PIB y emplea a alrededor del 30% de la

población. En este ámbito, Rusia heredó la mayoría de las bases industriales de la Unión Soviética. Los sectores más desarrollados son la construcción mecánica, la química, la metalurgia y la industria de la defensa. En cuanto al sector servicios, es el mayoritario empleando a más del 60% de la población y representando el mismo porcentaje de PIB.

Hoy, el sector bancario ruso es competitivo y permite drenar esos fondos procedentes de la explotación de recursos hacia otros sectores con la intención de diversificar la economía del país. Y es que una banca saneada y competitiva debe ser el eje y el aparato circulatorio de cualquier país en expansión. Desde 2007, el gobierno se ha embarcado en un ambicioso programa para reducir la dependencia de fuentes energéticas, construir sectores de elevada tecnología, aunque con pocos resultados hasta el momento. En 2013, según la Agencia Aseguradora de Depósitos, en el balance del primer trimestre la cartera de depósitos casi duplica a la del año anterior.

En la Unión Soviética tampoco había una plaza bursátil. Hoy, la capitalización de la actual bolsa de valores equivale al 32% del PIB. Para el 2018 el gobierno pretende que este indicador equivalga al 100% del PIB. El gobierno se ha impuesto el objetivo de situarse como una de las 10 plazas bursátiles mundiales en los próximos años, si bien de momento ocupa el puesto 64. Para ello, en febrero de este año se ha creado la Bolsa de Moscú, mediante la fusión de la Bolsa Interbancaria de divisas de Moscú y el sistema comercial ruso. Esto da salida a los planes del gobierno ruso de convertir Moscú en un centro financiero de referencia internacional.

Otro de los impulsos dados por el gobierno ruso en los últimos años ha tenido que ver con la tecnología y las telecomunicaciones. En el año 2011, el volumen de la economía en Internet era del 1% del PIB, durante el 2012 el sector ha crecido un 30% aproximadamente. Además, la economía de todos los mercados dependientes de Internet representa aproximadamente el 5% del PIB. En términos de volumen del mercado interior de servicios de nuevas tecnologías (10.700 millones de dólares) Rusia ya se encuentra entre los veinte más importantes.

Por el momento, la exportación de software ruso no es muy grande si bien las empresas rusas fabrican para su exportación software de la más alta tecnología fundamentalmente en el ámbito de la contabilidad económica para grandes multinacionales, sobre todo para la industria aeronáutica y automovilística, y cuyos clientes principales son los mercados de europeo y americano.

Podemos resumir los puntos fuertes de la economía rusa en cuatro fundamentales:

  • La abundancia de recursos naturales (petróleo, gas natural, metales)
  • La escasa deuda pública y las abundantes reservas de divisas extranjeras
  • Su liderazgo regional y energético
  • La mano de obra cualificada

Rusia es la novena mayor economía mundial. No olvidemos que es el país más grande del mundo y también el noveno mayor mercado mundial en población (143 millones de habitantes). Además, por su tamaño y recursos es el país más importante de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y principal comprador y proveedor de las diferentes ex-repúblicas soviéticas. En 2011, Rusia se convirtió en primer productor mundial de petróleo, superando a Arabia Saudí y es el segundo mayor productor de gas natural. En 2012 alcanzó una marca histórica en la extracción de petróleo, que llegó a los 518 millones de toneladas y supone  el mejor registro desde el fin de la Unión Soviética. También es uno de los principales productores y exportadores de diamantes, níquel y platino.

El comercio exterior representa alrededor del 50% del PIB, es el noveno mayor exportador mundial y e1 decimoséptimo mayor importador. El país presenta una balanza comercial con un amplio superávit gracias a las materias primas. Tradicionalmente los principales socios comerciales de Rusia han sido China, Alemania, Países Bajos y Estados Unidos. Un dato importante es que se unió a la Organización Mundial del Comercio en 2012, lo que reduce sus barreras comerciales y facilita la entrada de bienes y empresas extranjeras. Además, también ha fortalecido los lazos económicos con los países ex-soviéticos a través de una unión aduanera con Bielorrusia y Kazajstán.

El crecimiento económico en 2012 fue del 3,6 y la expectativa para 2013 es de un 3,8%.

Una característica de la economía rusa es que su desarrollo país es irregular geográficamente, con la región de Moscú contribuyendo en mucha mayor medida al PIB que el resto, y con una desigual distribución de la renta per cápita. No obstante, esta se ha incrementado considerablemente en los últimos años. La clase media se multiplicó por siete entre 2000 y 2006 (hoy son más de 55 los millones de consumidores). Entre 2000 y 2010, el tamaño de la clase media creció del 15% al 25% de la población y se duplicó el PIB per cápita.

Un dato curioso es que en Rusia se encuentra el segundo mayor número de multimillonarios del mundo, después de Estados Unidos, (con más de 100), y Moscú es la capital con más millonarios superando a Nueva York. Conociendo que este crecimiento exponencial se ha producido en la última década, deberemos seguir atentos a si esta evolución se perpetúa en los próximos años, o retornan los fantasmas de un oscuro y difícil pasado cada vez más lejano.

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